Consideraciones del decrecimiento

· Bestiario de Robledo

O por qué renunciar a millones de transacciones económicas puede ser una catástrofe para tus vecinos

Asomándome por estos andurriales cibernéticos doy con un cartel que intenta venderme una creencia de lujo y me inspira una reflexión, éste:

Históricamente, no han faltado creencias de lujo, pontificaciones sobre cómo deberia ser la sociedad y la economía, especialmente por la asociación entre ociosidad, formación de ideas y renta disponible, también por herencia familiar. El decrecimiento no es más que otra creencia en este ciclo.

En cualquier economía que implique millones de almas, como es el caso de un país, podemos esperar millones de transacciones diarias. En un año se hacen miles de millones. Todas con un precio determinado. Y el PIB es un número resultante de calcular y sumar todas esas transacciones, resumidas en bienes y servicios. Cuando compro una botella de agua en un súper, estoy haciendo mi aporte al PIB nacional. Cuando Juana va a pintarse las uñas, está aportando también. También lo que nos pagan por cierto trabajo. Aunque, como otros indicadores, es también susceptible al falseamiento, a excluir unas cosas o incluir de más. También tómese con un grano de sal, caminar por el parque mejora la calidad de vida pero no repercute directamente en el PIB.

Una recesión, lo que de verdad significa decrecimiento, es que el PIB se reduzca durante al menos dos trimestres. ¿Qué significa esto? Millones de transacciones económicas desaparecen por motivos como la pérdida de poder adquisitivo. Que la energía, p.e., cueste más lleva a que haya menos renta disponible. Y a que los negocios tengan más gastos. Es un efecto en cadena que lleva a la potencial destrucción de miles de puestos de trabajo. Así que cuidado con lo que se desea. Tus vanas ideas pueden llevar a una cadena de persianas cerradas en tu barrio. Locales langueciéndose. Porque la vida cotidiana también está adosada al bienestar económico.

Renunciar a cierto nivel de vida, sin que otros factores cambien, como la demografía, para uno de estos paniaguados elitistas es algo factible (¿qué es pasar de cobrar 8.000 € mensuales a 7.000?), pero para muchos otros puede suponer ir al paro. Es el problema de diseñar grandes ambiciones sin tener en cuenta la letra pequeña y el precio a pagar. Tú eres tú y tus circunstancias, ¿por qué extrapolarlo a los demás? Ahí es cuando muchas utopías empiezan a torcerse nada más salirse de la tinta. Del mismo modo que un coche nuevo se devalúa recorriendo sus primeros kilómetros, toda utopía que se diseñe en papel empieza a devaluarse en cuanto se aplica a nuestras vidas.

También es fácil olvidar que esos numeritos que observamos son transacciones económicas y que, en efecto, también cubren servicios como asesoramiento jurídico, lo cual no necesariamente es un proceso tan intensivo energéticamente como producir una tuerca, aunque sí que existe correlación hoy por hoy entre riqueza y energía, además de ser muy sólida. Podremos ser más o menos eficientes, pero eso no lo explicará todo.

Aún considerando esta gráfica, no es que decrecer signifique vivir mejor, es lo contrario. La energía abundante ha sido una fuente crucial de bienestar y se trata de intentar seguir garantizándola por todos los medios posibles, por lo cual el decrecimiento no sólo destruye el bienestar de tus vecinos, también nos afecta a todos nosotros. Pensemos, ¿hacia dónde queremos ir como primates? ¿Queremos explorar el espacio? Inevitablemente necesitaremos consumir más energía en total. También muchos de nuestros derechos, así como nuestra autonomía, se sustentan en una abundancia energética que empezamos a dar por sentada pero que no era la norma antes de la Revolución Industrial. El decrecimiento, visto así, es también estancamiento y muerte para muchos, regresión a la media para otros.

«Tronos a las causas, cadalsos a las consecuencias». Cuidado con vender decrecimiento, más si no sabéis cómo se sustenta el mundo y dónde estáis. Más si queréis aplacar la ira de supuestos dioses animistas. Peor aún, creéis que el estado tecnológico en el que nos hallamos, así como las leyes de la naturaleza, es algo que podemos forzar mágicamente mediante decretos.

Eolos en nuevas formas cobrándose su tributo